Ante la cantidad de preguntas que ha suscitado esta frase, les dejamos el siguiente comunicado.

TRASCENDENCIA DEL ESPIRITU Y LA TERRENALIDAD DEL CUERPO

El espíritu y el cuerpo son una unidad no son separables.

Para entender esto tenemos primero que hacernos cargo de esta ley sistémica: Todo lo dicho es dicho por un observador

multisensorial a otro observador multisensorial que puede ser el o ella misma.

Después tenemos que entender de que somos sistemas determinados en nuestra estructura, o sea todo lo que sucede en

nosotros ocurre como un aspecto de nuestra dinámica interna, aunque el observador pueda distinguirlo como cosas distintas

en el espacio relacional. Si esto es así, el caminar es una dinámica interna que desde el observador se ve como un

desplazamiento sobre un suelo y el espíritu es una dinámica interna que el observador ve en el espacio relacional aparecer

como una coordinación conductual, sobre un modo de estar y sentir en uno mismo.

Cuando se habla de la trascendencia del espíritu y la terrenalidad del cuerpo, se hace referencia a las distintas configuraciones

sensoriales que se viven o se evocan al hablar de la corporalidad y al hablar de lo espiritual. Sin embargo en la

operacionalidad misma del vivir todo esa ocurriendo como distintas configuraciones de la sensorialidad íntima del organismo

en sus distintas circunstancias relacionales.

Cuando SS Dalai Lama reflexiona sobre la trascendencia del espíritu y la terrenalidad del cuerpo lo hace en un ámbito

reflexivo en el cual trata lo espiritual y lo corporal como existiendo en dominios operacionales disjuntos, y el vive todo eso en

la armonía de su vivir porque acepta la legitimidad de lo que dice siendo coherente con las coherencias de su visión de

mundo.

Y cuando Maturana como biólogo dice lo que dice vive también aceptando la legitimidad de las coherencias de su visión de

los mundos que generamos los seres vivos.

El observador en su operar reflexivo en el lenguajear siempre puede ponerse en un espacio de observar mas amplio que

cualquier par de posturas conceptuales que parecen oponerse, y por lo tanto puede encontrarse con otro observador que hace

lo mismo en un espacio común de amistad en el que no hay conflicto porque los distintos modos de vivir no se tratan como

verdades trascendentes únicas.